Foto: Agencia Andina

La nueva viceministra asume un reto vital en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y es enfática en asegurar que en la lucha «no se retroceda jamás.

Lima, Perú.- La viceministra de la Mujer, Silvia Loli Espinoza, asumió hoy el reto de continuar en el proceso de desarrollo y de transformación de la mujer de manera real con igualdad y de una verdadera lucha contra la violencia. «Hay que transformar la realidad que nos dice que hay violencia cuando la mujer quiere tomar algunas decisiones autónomas con las que su pareja no concuerdan o no desea», expresó la viceministra desde su despacho y poco después de haber asumido tan importante responsabilidad.

Loli recordó los inicios de su lucha en el año 1984 cuando en el centro Flora Tristán le fue encomendada la tarea de poner en blanco y negro la ruta de las mujeres que denunciaban por violencia. «En esa época no había ley contra la violencia, ni siquiera teníamos el Código Civil actual. Y las normas existentes decían que el jefe del hogar tenía derecho a corregir moderadamente a todos los que dependían de él. Es decir en aquel momento la violencia tenía un aval legal», manifestó.

También recuerda que en esa época una de las cosas que la rebelaron y que se negó a aceptar fue el añadido en su identidad, según exigía el código vigente, del apellido de su esposo. «No inscribí mi matrimonio para no tener que perder mi identidad como persona. Esa fue una de las primeras cosas que me rebelaron», comentó sobre los inicios de ese largo camino que hoy la tiene al frente de uno de los viceministerios más importantes.

Loli conoce el Perú por caminos, ríos y trochas. «Saliendo de la universidad empecé a trabajar en diagnósticos de zonas rurales y lo que se vio es que había mucha denuncia sobre violencia en la pareja. Al menos existía el espacio donde muchas veces las mujeres eran obligadas a conciliar. En esa época, por ejemplo, no estaba sancionada la violación sexual dentro del matrimonio», recordó. La ahora viceministra recordó como si fuera ayer una de las primeras marchas del movimiento feminista peruano contra la violencia.

«Fue muy poca gente porque nadie sabía realmente de qué se trataba», rememoró. Sin embargo, eso no la desalentó en lo absoluto «pues pensé que había muchas cosas por cambiar. Ese ha sido el motivo de mi trabajo. Lo primero que había que hacer es que la gente de las zonas rurales tenga acceso a la justicia. En canoa, a pie, he estado por todos los rincones.

Cuando aún no estaba Sendero Luminoso; eso me permitió saber que había mucho por cambiar y que era posible». La funcionaria también fue parte en la discusión y debate sobre el proyecto del nuevo Código Civil. «Incorporar la igualdad entre el hombre y la mujer dentro del matrimonio fue un avance importante, pero no gratuito. El Estado estaba obligado a adecuar toda la legislación para eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer. Ha sido muy duro, pero ahí estábamos», señaló.

Loli recordó con emoción cuando se creó la primera comisaría de mujeres en el año 1988. «Una iniciativa bonita de la Policía Nacional que siempre menciono porque en aquel momento no había ley contra la violencia, ni siquiera proyectos. Y ya con eso se creaba un espacio para que las mujeres pudieran denunciar. Y se hacía con las normas generales».

La nueva viceministra asume un reto vital en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y es enfática en asegurar que en la lucha «no se retroceda jamás. Eso tenemos que aprender todos y todas para transformar nuestras vidas de manera real. No solo luchar por nuestra autonomía, sino también por la de otros. Es un reto pendiente, hace falta mas respeto y solidaridad y que finalmente la igualdad sea real». «El que no se apunta a esta lucha se está desvinculando de un proceso de desarrollo. Son más de 30 años que tengo en esta historia que me dicen que sí es posible cambiar», subrayó.

Fuente: Agencia Andina de Noticias

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